Desde pequeños vivimos en un hogar, vamos a una escuela, interactuamos en la sociedad y eso nos va formando como seres humanos y va forjando nuestra personalidad.
La personalidad se refleja en nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, las emociones, las actitudes que manifestamos, nuestros hábitos, en la forma en que nos comportamos.
Cuando hay una relación interpersonal, básicamente hay varias personalidades interactuando, es por esto que muchas veces surgen los conflictos, porque cada persona tiene su forma de ser y pensar, y no necesariamente se entienden unos con otros. Como se dice popularmente, “cada cabeza es un mundo”, con sus propias experiencias, sentimientos, valores, y una forma diferente de ver y vivir la vida.
Las experiencias y vivencias que vayamos teniendo desde la infancia, van moldeando nuestra personalidad. La enseñanza de adecuadas relaciones interpersonales desde la niñez es imprescindible, pues de lo contrario los estamos sentenciando a ser seres con RI disfuncionales que podría manifestarse desde aislamiento, mala convivencia, conflictos internos e interpersonales, hasta comportamiento antisocial y delictivo.
En la medida en que más satisfechos estemos con nosotros mismos, es decir que tengamos un autoconocimiento, una auto aceptación, y auto valoración adecuados, en esa misma medida podremos tener una relación más adecuada con los demás.
fuente imágen: conocimientosyelserhumano.blogspot.com
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